La Graviola o Guanábana, cuyo nombre científico es Annona muricata, está considerada actualmente como la planta con mayor capacidad para destruír selectivamente células cancerígenas. Los principios anticancerígenos están presentes en la fruta, pero es la HOJA y los TALLOS los que contienen mayor concentración de tales principios, según los estudios que se inciaron en 1976, por parte del Instituto Nacional del Cáncer.

Más de 20 pruebas de laboratorio han demostrado sin lugar a dudas el potencial anticancerígeno de la guanábana, en más de 12 tipos de cáncer.

Aunque su poder anticancerígeno es lo más notable, esta planta tiene otros usos: la hoja y corteza (micropulverizada), curan la diabetes, al regular el azúcar en la sangre, lo que demuestra su alta efectividad en compromisos endocrinos: hígado, riñón, tiroides, páncreas, ovarios, próstata; intestinos, relajante del músculo liso (corazón), vesícula, apéndice y combate el cáncer al pulmón o de Lewis, cáncer al seno y tumores cerebrales, hipotensivo, anti-espasmódico, vasodilatador, elimina ácaros que producen el asma y enfermedades bronquiales, cura la malaria; indicado para levantar las defensas en personas con quimioterapias y también para las personas con VIH (Sida).

El té de la hoja cura los problemas del hígado, mejora la función del páncreas. Sus semillas se usan para desparasitar a los niños. Anti-inflamatorio, endocrinológico y hepático, por su extenso poder desinflamatorio y/o al liberarse por la sangre, es excelente para el sistema endocrino, normalizando la producción de hormonas en las diferentes glándulas de nuestro cuerpo, sea en el sistema nervioso, inmunólogico y reproductor (ovarios y próstata); en el hígado, los riñones, el estómago, combate la gastritis y úlceras.

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